*Querido Maurice: No tengo nada nuevo que contarte desde ayer. Sigue haciendo un tiempo espantoso. Tenemos agua y barro hasta las rodillas y, desde esta mañana, sufro unos cólicos que me desgarran las entrañas. Creo que es debido a que el pan y la carne nos llegan congelados. Hasta el vino se heló en los toneles, hazte una idea. Es noche partimos en dirección a Carency y esperamos un valioso refuerzo en los próximos días. Reza porque tenga la suerte suficiente para volver.
Fragmento de una carta desde el frente.
La vida en las trincheras era dura. La humedad obliga a las tropas a permanecer con los pies metidos en agua, lo que ocasionaba la enfermedad conocida como "pie de trinchera". Además, en ellas los soldados convivían con ratas, piojos, humedad, suciedad y miseria, mucha miseria.
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